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Paseo Río Oca
Antiguo paso medieval
NaturalezaHistoria
Sobre este punto
Esta impresionante ruta de aproximadamente 3 kilómetros comienza en el histórico pueblo de Oña y nos lleva a través de paisajes espectaculares hasta el cruce de la carretera de Villanueva de los Montes. A lo largo del recorrido, el sendero cruza el río Oca en varias ocasiones, a través de antiguas pasarelas y puentes, y está rodeado por imponentes desfiladeros y peñascos rocosos que evocan la dureza de la naturaleza y la historia del lugar.
Uno de los puntos más icónicos de la ruta es el Puente de la Blanca, un lugar clave que nos recuerda las dificultades que representaba el desfiladero del Oca en la antigüedad. Aquí, el paso era tan estrecho que resultaba prácticamente imposible atravesarlo sin recurrir a pasarelas voladas sobre el río. Todavía se pueden observar los restos del antiguo camino-senda medieval, tallado en la roca (en especial en el puente de La Blanca), con tramos reforzados por pequeños muros de carga y oquedades en la roca donde se incrustaban los troncos que sustentaban las pasarelas.
Este paraje no solo destaca por su valor natural, sino también por su rica historia. Cerca del Puente de la Blanca, se encontraba la antigua ermita de Nuestra Señora de la Blanca, destruida por las inundaciones de 1775, y un poco más allá, en la margen derecha del Oca, existía la ermita de San Clemente, también desaparecida. Además, en la Peña de los Agujeros, una placa conmemora a un pastorcillo que se despeñó trágicamente desde los riscos en 1952 cuando buscaba una oveja extraviada, y uno de los túneles lleva su nombre en homenaje a este joven.
La ruta sigue la antigua vía del ferrocarril Santander-Mediterráneo, cuyos túneles y tramos conservados pueden recorrerse sin riesgo de perderse, ya que te devuelven al paseo o a la estación de Oña. Este trazado ferroviario añade un toque nostálgico e histórico, conectando el pasado con el presente mientras recorres los senderos.
Al avanzar, también puedes disfrutar de la vista panorámica del desfiladero del Oca, que en épocas pasadas fue un punto estratégico de control y vigilancia, probablemente vinculado a la antigua fortaleza de Oña. Además, encontrarás en la pared de la Peña de la Miel la cueva colgada, innaccesible actualmente, habitada por el ser humano desde el final del Paleolítico hasta la Edad del Hierro, y donde se han encontrado vestigios como cerámicas y un arpón de hueso.
Esta ruta es una mezcla perfecta de naturaleza, historia y cultura, ideal para quienes deseen conocer más a fondo el legado de esta región. Con merenderos para descansar y espacios para disfrutar de la tranquilidad, es un paseo inolvidable por los rincones más emblemáticos del entorno de Oña.