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Museo Guggenheim Bilbao
Un barco de titanio en Ría de Bilbao
Arquitectura
Sobre este punto
El museo, propiedad del Gobierno Vasco, es obra del famoso arquitecto canadiense-americano Frank Gehry, quien proyectó una edificación vanguardista que se fusiona a la perfección con la ciudad de Bilbao y su historia naviera. Fue inaugurado en 1997 tras 5 años de construcción.
El museo está emplazado sobre las ruinas de un antiguo muelle portuario, y se dice que, para que el director de la fundación Solomon R. Guggenheim no viera el lugar, se le llevó a Vitoria a firmar los acuerdos.
Desde su inauguración, el museo ha recibido una media superior al millón de visitantes anuales, causando un impacto extraordinario en la economía y la sociedad vasca, impulsando el turismo en la región y promoviendo la revitalización de múltiples espacios públicos y privados en la villa, además de mejorar la imagen de la ciudad. Todo este fenómeno, bautizado por los medios de comunicación como «efecto Guggenheim» o «efecto Bilbao»,3 ha puesto de relieve la importancia del turismo cultural, y ha generado un efecto de emulación en otros países, con desiguales resultados.
La característica más llamativa del museo es el innovador edificio en el que se emplaza, constituido por formas curvilíneas y retorcidas, recubiertas de piedra caliza, cortinas de cristal y planchas de titanio. El museo presume de que "no existe una superficie plana en toda la estructura del edificio", y de contar, actualmente, con el mayor espacio expositivo del Estado.
Inicialmente, la ciudadanía bilbaína era escéptica con la obra, y llegaron a apodarla "La lata de sardinas". Incluso el afamado escultor y poeta Jorge Oteiza la denominó "Fábrica de quesos", y se negó inicialmente a exponer sus obras en el museo.
El museo ofrece a l@s visitantes una imagen polifacética, representando un navío con su "casco cubierto por escamas plateadas", que surca las aguas del Nervión, en su visión desde el lado de la ría, y una flor abierta si se contempla desde las alturas.
El edificio del museo representa una de las obras más representativas de la corriente "deconstructivista", caracterizada por la fragmentación, el proceso de diseño no lineal, el interés por la manipulación de la superficie de las estructuras, distorsionando y dislocando algunos de los principios elementales de la arquitectura, como la estructura y la envolvente del edificio. La apariencia visual final de los edificios de la escuela deconstructivista se caracteriza por una estimulante impredecibilidad y un caos controlado.
El museo, dedicado al arte contemporáneo, alberga colecciones permanentes, propiedad de las autoridades vascas, así como exposiciones itinerantes, y es, detrás del museo Reina Sofía de Madrid, el museo más visitado del país.