Picasso escultor. Materia y cuerpo

Pablo Picasso (1881–1973) trabajó la escultura prácticamente desde los inicios de su dilatada trayectoria. Para el artista malagueño, no se trataba de un medio de un rango menor, sino de una forma de expresión equiparable a la pintura, el dibujo o el grabado. En su práctica, no existían artes mayores y menores, sino diferentes lenguajes y materiales que le permitían transmitir aspectos diversos de su creación. El cuerpo, objetivo último de la representación e instrumento principal de Picasso a lo largo de su carrera, es el pilar fundamental de esta exposición, que se enmarca dentro de los actos de conmemoración del 50º aniversario de su fallecimiento. Esta selección de esculturas abarca la pluralidad de estilos que Picasso utilizó para representar las formas del cuerpo humano, deconstruyéndolo con el fin de recomponerlo. En ese empeño, se sirvió indistintamente de la totalidad de los medios y objetos a su alcance, integrándolos en un conjunto inédito hasta entonces. El escultor Julio González situaba la mirada escultórica de Picasso en la génesis de su trabajo: “He observado muchas veces que no hay forma que le deje indiferente. Él mira todo, en todo momento, porque todas las formas representan para él algo; y ve todo como escultor […]. En mi opinión, el lado misterioso, el centro neurálgico, si se le puede llamar así, de la obra de Picasso está en la ‘escultura’ […] que tanto ha dado que hablar de su obra, que tanta gloria le ha proporcionado”.