Punta Begoña

Punta Begoña

Proyecto de recuperación patrimonial



Arquitectura Arte y cultura Historia

Sobre este punto

En el lugar donde se asientan las Galerías de Punta Begoña estuvo emplazado el Fuerte de Begoña, batería defensiva en funcionamiento desde el siglo XVII hasta el XIX. Fueron construidas como muro de contención del solar, dado que "caían piedras por el acantilado sobre el que se levanta" y como lugar de recreo en los jardines del desaparecido Palacio Etxebarri de la familia Echevarrieta. Es de planta irregular y sinuosa ,dado que adapta su perfil al del promontorio en el que se ubica. Se eleva sobre un alto zócalo de mampostería en talud que presenta tres tramos a diferente altura, aparejados en sillería, mampostería y hormigón. El primero, el más cercano al muelle de Arriluze, es de una sola altura. Forma una galería adintelada y apoyada sobre columnas con baranda abalaustrada. El segundo tramo es el más largo y sinuoso, y presenta mayor altura, ya que consta de dos pisos superpuestos. En lugar de galería, en esta zona se formaba un gran mirador acristalado con vanos rectangulares en la parte inferior -hoy tapiada-, y una arquería de arcos escarzanos sobre pilares en la parte superior, de menor alzado. Se cubre de terrazas y miradores abalaustrados. El tramo final vuelve a una solución similar al primero, pero con una mayor profundidad, lo que posibilitó la disposición de una gran zona de recreo. En el interior, las paredes lucen un bello zócalo alicatado. Anexas a ellas se levantaron varios accesos al antiguo jardín de la casa. Recientemente sobre el solar de la casa se ha edificado un grupo de viviendas. No obstante, mantiene intacto su extraordinario interés arquitectónico, escenográfico y ambiental. Lo que está claro es que, a lo largo del tiempo, tanto el espacio que ocupa como el propio edificio han tenido muchos usos. Durante la contienda hubo presos trabajando en esa zona y también se usó como hospital para atender a los heridos en los combates. Punta Begoña también sirvió de refugio a los getxotarras cuando se producían los bombardeos. Lo que está claro es que el enclave guarda aún secretos y mucha historia. Hoy recuerda, mirando al mar, un mascarón de proa. Fue construida por Ricardo Bastida en 1919 por encargo del ya citado empresario Horacio Echevarrieta y su función principal era la de continuar y rematar el muro de contención y defensa del acantilado sobre el que se asientan los solares de Atxekolandeta, y en el que se encontraba el palacio de la familia Echevarrieta, una mansión de estilo inglés diseñada por el arquitecto Gregorio Ibarreche en 1910, ya desaparecida. El propietario aprovechó para dotar a la galería de distintas estancias y pasadizos diseñados como lugar de recreo y no cuesta imaginarla en los días de disfrute de los felices años 20. Cuentan las crónicas que durante varios años fueron escenario de lujosas fiestas, eventos sociales, bailes e incluso partidos de tenis en su inmenso salón, hasta que cayeron en el olvido cuando su propietario decidió derribar la vivienda que le daba sentido. Desde el jardín de la casa mediante unas escaleras se tenía acceso a las Galerías de Punta Begoña en las que se ubicaba el despacho privado de Horacio. Hoy en día, el terreno en el que en una época se ubicó la casa de Horacio Echevarrieta está ocupado por la urbanización Punta Begoña.

Acceso

Didicultad baja

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