Stabat Mater

El Stabat Mater, un poema del siglo XIII que describe en 20 versos los sufrimientos imaginados de la Virgen María al pie de la cruz, ha atraído a compositores a lo largo de los siglos, desde Palestrina y Vivaldi, pasando por Rossini o más reciente K. Jenkins. La de Dvořák, dividida en 10 movimientos maravillosamente variados, pero también completamente coherentes, se inició en 1876, en memoria de su hija Josefa. La partitura completa se completó en 1877 tras la muerte de otros dos hijos. Con una carga tan terrible de dolor personal, esta obra de Dvořák no es habitual en los programas de conciertos corales, en gran medida debido a su duración y la profunda tristeza que expresa. Bajo la dirección de José Antonio Sáinz Alfaro, dos formaciones de primer nivel como el Orfeón Donostiarra y la Orquesta Sinfónica de Musikene; y las voces solistas de Tanya Durán Gil, Cristina del Barrio, Beñat Egiarte y David Cervera interpretan esta obra maestra del compositor checo Dvořák. No sólo se trata de una de sus composiciones más bellas, de una calidad incontestable, sino que estamos ante una de las grandes obras corales del siglo XIX.