El hermoso misterio que nos une

El hermoso misterio que nos une

La fundición Aretoa

Cine y artes escénicas

Sobre este evento

Te dedicas a la danza. Bailas, convocas otros cuerpos, organizas formas y energía en el espacio, son coreografías. Corres, persigues, te caes, sigues corriendo, sabes que vas en pos de algo aunque ya no recuerdas lo que es. Un día se para todo de repente. Miras atrás: hasta aquí ha sido todo movimiento pero, en lo importante, llevas mucho tiempo parado. Has repetido las mismas secuencias infinidad de veces, hubo algunos días en los que sentiste placer, intensidad, comunión, gozo. El resto, un gran cansancio. Has viajado por todo el mundo, has estudiado en varios sitios diferentes y has intentado quedarte con lo mejor de cada uno. Has practicado artes marciales para aprender a equilibrar el flujo y el control. Has movido las caderas y el esternón acompañado de tambores africanos por ver si podías acercarte a algo de lo que de trance debe quedar en algún baile. Has practicado las contracciones del abdomen con las que Martha Graham le dio identidad a su nueva danza americana y has dejado caer el torso para sentir el peso siguiendo la manera en la que José Limón intentó abandonarse unos instantes a la gravedad. Te has esforzado en comértelo todo. Una noche, te arrodillas en el baño y vomitas un resto de Cunningham. Y entonces llega ese día de la parada, apartas los muebles del salón, respiras, mueves el peso de un pie a otro, suavemente, y empiezas a buscar entre lo que ha quedado. Toda esa movilidad debe servirte para algo hoy. EL HERMOSO MISTERIO QUE NOS UNE es una oda a la movilidad del cuerpo, a la movilidad del pensamiento; al flujo de las ideas, de nuestras preguntas, de las pequeñas revelaciones; a la capacidad que tenemos para recordar y proyectarnos. A todo ese mundo que no deja de comparecer por muy solos que estemos, por muy aislados.