EL DÍA QUE DEJÉ DE OLER A MÍ

Dicen que lo que más les dolió fue separar la biblioteca. Cuando cada una se llevó sus libros y se rompió todo el orden. Aunque nadie sabe lo que realmente pasó. Sólo sabemos que ahora la biblioteca está partida. Sobre todo era esperanza, eso es lo que creo que había. Esperanza y nostalgia, y de la nostalgia nací yo. Pero a veces la nostalgia no es suficiente. ¿Puede un olor contener la esencia de alguien? A veces pierdo camisetas y mis amigas las recuperan y me dicen, toma, huele a ti. Y yo digo, sí, ya, mentira. No huele a mí. Hace tiempo que dejé de oler a mí.