Este cementerio toma el nombre de una antiquísima ermita y su barrio contiguo. Fundado a principios del siglo XIX con enterramientos masivos tras una epidemia de tifus, el camposanto fue elegido por el Ayuntamiento de Madrid, como ejemplo para futuros cementerios de dicha ciudad, pues según sus informes "es sin disputa uno de los cementerios más bonitos y completos de España". Actualmente no puede ampliarse al estar integrado en la ciudad, solo se permiten los enterramientos en panteones ya adquiridos.